En situación de naturalidad, el ser humano mantiene un tono vital o estado de ánimo normal; pero que sea normal no significa que no pueda cambiar. El estado de ánimo del ser humano es variable y existen varios factores que lo pueden afectar:

  • Personalidad:Hay personas que tienden a tener un estado de ánimo más alegre- jovial, llenos de vitalidad. Otras, tienden a tener un estado de ánimo más bien bajo, con tendencia al pesimismo. También hay personas en las que factores externos tienen una mayor o menor influencia en su estado de ánimo.
  • Factores Externos:Estos son las condiciones personales, sociales, económicas de cada uno, que pueden influir en el estado de ánimo.
  • Variaciones cíclicas:Independientemente de los factores anteriores, cada persona tiene su propio ritmo vital, que le hace variar su estado de ánimo en forma de ciclo, tanto a lo largo del día, como también a lo largo del año. Por ejemplo, si tenemos un ritmo más matutino, en las primeras horas del día nos sentiremos más vitales y con más energía, y a medida que avance el día, esa vitalidad irá disminuyendo; y viceversa.

Nuestros estados de ánimo, tienen constantes subidas y bajadas: las subidas se denominan euforia y las bajadas tristeza. Cuando la tristeza se transforma en patológica hablamos de depresión.

¿Qué es la tristeza?

Forma parte de una de las emociones básicas del ser humano. Es un estado afectivo provocado por una experiencia que la persona siente como dolorosa, que no ha cumplido con sus expectativas o cualquier otra situación difícil. Por tanto, es una reacción psicológica ante lo que nos ha producido dolor o malestar. Es expresado a menudo mediante el llanto, un rostro abatido o falta de apetito. La persona puede expresar que “se siente apagada”, “sin energía”, “sin ganas de nada”, etc.

Aunque comparte síntomas con la depresión, la tristeza suele ser pasajera. Por eso uno de los primeros indicios de la depresión es que nuestra tristeza persiste durante más de dos semanas.

¿Qué es la depresión?

Es una enfermedad mental que afecta a nuestro estado anímico global. Afecta la forma en que te percibes a ti mismo y al mundo que te rodea. Las personas que experimentan depresión pueden sentirse inútiles o sin esperanza. Pueden sentirse culpables, irrazonables. Algunas pueden experimentar enfado o irritabilidad. Puede ser difícil concentrarse o tomar decisiones. La mayoría de las personas pierden interés en las cosas que solían disfrutar y pueden aislarse de los demás. También pueden aparecer signos físicos de depresión, como problemas con el sueño, apetito, nivel de energía, y dolores o molestias sin base orgánica. Algunos pueden experimentar pensamientos sobre la muerte o suicidio.

También se observa un empeoramiento matutino, con una leve mejoría de los síntomas por la noche, y en otoño e invierno puede experimentarse una agudización de los síntomas.

La depresión se agrupa dentro de los “trastornos del estado de ánimo”, y sus síntomas pueden ser de moderados a severos. Deben tener una duración de por lo menos 2 semanas para realizarse el diagnóstico. No debe estar relacionado con ninguna condición médica, como por ejemplo una deficiencia de vitaminas, un tumor cerebral o problemas en la tiroides, ya que estas enfermedades pueden simular los mismos síntomas que una depresión.

Síntomas generales de la depresión

  • Estado de ánimo irritable o bajo.
  • Sentimiento de vacío o tristeza
  • Cansancio o falta de energía
  • Dificultades de concentración
  • Cambios en el apetito con aumento o pérdida de peso
  • Movimientos lentos o rápidos
  • Sentimientos de inutilidad, odio a uno mismo y culpa
  • Sentimiento de desesperanza y abandono
  • Dificultad para conciliar el sueño o exceso de sueño
  • Inactividad o retraimiento de las actividades usuales
  • Dolores o malestares (cabeza, cólicos, digestivos)
  • Pérdida de interés y placer en actividades que antes disfrutaba
  • Pensamientos repetitivos sobre la muerte o suicidio

Psicóloga, Alejandra Kaminski R.