En situación de pandemia y asilamiento los efectos en las personas son distintos y dependerán de cada contexto en el que se encuentra y ciclo vital. La ansiedad, el miedo y la incertidumbre, son, sin embargo, las primeras reacciones que surgen.
El estrés durante una pandemia puede incluir:
- Miedo y preocupación por la salud propia y de los seres queridos.
- Cambios en los patrones de sueño
- Dificultad para concentrarse.
- Cambios en patrones de alimentación.
- Empeoramiento de los problemas de salud mental crónicos.
- Aumento del consumo de sustancias: tabaco, alcohol, drogas.
En este contexto, pueden provocarse una mayor cantidad de sentimientos negativos, ya sea sobre la salud propia y de familiares, la seguridad laboral, acceso a necesidades básicas, entre otras. Para poder sobrellevar este contexto en el que nos encontramos, les sugerimos algunas recomendaciones para controlar el estrés y ansiedad de manera positiva.
Algunas recomendaciones que ayudan a sobrellevar este periodo son:
- Mantenerse virtualmente conectado. Nuestra emocionalidad y experiencia gana estabilidad en las relaciones con otros. Por lo tanto, el mantenerse en contacto con amigos y seres queridos es muy relevante. Tal vez el tener más tiempo libre puede ser una oportunidad para re conectarte con quienes no tienes contacto hace tiempo.
- Evitar exceso de información. Es importante establecer límites en la cantidad de tiempo que dedicas para informarte. Es bueno buscar fuentes específicas de información, ya que estar bombardeado por muchas fuentes puede crear confusión, angustia e incertidumbre. Hay que intentar no estar pendiente a cada momento, la recomendación es informarse una o dos veces al día como máximo.
- Mantener rutinas. Necesitamos tener una estructura dada por las actividades y organización diaria, que contribuyen a la estabilidad emocional.
- Mantener orden. Vivir en un ambiente desordenado genera un efecto negativo en el estado de ánimo. El acto de ordenar también puede tener un efecto positivo en las personas que lo realizan.
- Actividad Física. Trata de mantenerte en movimiento al menos dos veces al día, caminar, hacer ejercicio, bailar. Evita estar en tu cama, esto provoca desánimo y sentimientos de tristeza y desgano.
- Ayudar a otros. Ayuda a sentirse mejor con uno mismo. Puedes ayudar a tu familia, algún vecino de edad que requiera ayuda, etc.
- Pedir Ayuda. Si estás en tratamiento psicológico o psiquiátrico, es importante mantener el contacto con tu especialista vía online.
Siempre hemos relacionado el contacto físico con afectos de cercanía, de contención, con una comunicación más directa y pura, etc. Ahora, nos hemos visto en la exigencia de reemplazar abrazos, besos, apretones de mano, que ya estaban instalados en nuestros registros como muestras de cariño y aprecio. Reemplazarlo por acciones como el distanciamiento, el saludo desde lejos, etc., son conductas que tenemos asociadas a sentimientos como la vergüenza, la rabia, el miedo, el enojo. Sin embargo, ahora son vitales para cuidar al otro y protegerlo.
Este distanciamiento social, puede incrementar ciertos problemas psicológicos, como la depresión y la ansiedad. Al ver reducido el contacto físico-social, nos podemos sentir aún más solos y aislarnos, lo que incrementa nuestro estado de depresión.
En el caso de la ansiedad, la incertidumbre y temor que provoca la pandemia y distanciamiento, puede agudizar los temores y ansiedades.
Las situaciones amenazantes, aquellas que no podemos tener control o predecir son particularmente aterradores y ponen al cuerpo bajo estrés. Es por ello que recomendamos seguir las sugerencias antes mencionadas para poder favorecer nuestro bienestar psicológico y estar atentos a aquellas alarmas o signos que nos indican que necesitamos ayuda.
Psicóloga Alejandra Kaminski R.