Las experiencias desafiantes son la única manera de desarrollar ciertas habilidades de afrontamiento y resolución de problemas. El cerebro se nutre de los desafíos, sobretodo en los niños, fortaleciendo las conexiones neuronales y favoreciendo la neuroplasticidad. Si sobreprotegemos a los niños de la adversidad, o evitamos las situaciones difíciles, podríamos incluso afectar el desarrollo cerebral, impidiendo que el cerebro se fortalezca, crezca y desarrolle nuevas habilidades.
Entonces, ¿cómo los podemos ayudar a establecer una actitud más consciente, especialmente frente a la frustración?
Aquí te presentamos la técnica RAIN de Mindfulness:
R – Reconocer lo que me está sucediendo y cómo me siento con ello.
¿Qué está sucediendo en este momento? ¿Cómo me siento? ¿Dónde lo siento en mi cuerpo?
Ejemplo: “Estoy muy enojado conmigo mismo por haber fallado en la prueba de lenguaje. Quiero llorar”.
A – Aceptar la experiencia tal como es. Puede ser algo muy desagradable, pero es sólo una emoción y pronto pasará, no luchar contra eso.
Ejemplo: “Estoy loco y tengo ganas de llorar… es incómodo, pero puedo permitirme sentir así”.
I – Investigar con amabilidad el sentimiento. (“¿Por qué me siento así?” “¿Cómo se siente en tu cuerpo? ¿Dónde lo sientes más fuertemente? ¿Qué pensamientos te hacen sentir así? ¿He experimentado esta sensación antes?)
Ejemplo: “Creo que también estoy un poco decepcionado conmigo mismo… no sólo enojado. Me pregunto por qué. Tal vez sea porque creo que podría haber estudiado más”.
N – No identificarse con esa emoción, eso no es lo que tú eres. Esa sensación desaparecerá. Puede que el enojo y/o la tristeza te afecten, pero esa emoción pronto pasará, no tienes que aferrarte a ella.
Ejemplo: “Puedo sentirme enojado o decepcionado sin ser esos sentimientos. Soy más grande que como me siento en este momento”.
Psicóloga, Alejandra Kaminski R.